miércoles, 12 de enero de 2011

Mis películas del 2010

Mi conteo favorito del año, por mucho. En su mayoría siempre está compuesto por películas con corrida comercial considerable, por lo que nunca suelo agregar pequeñas joyas que pulularon por festivales o que se han estrenado en la segunda mitad del 2010, pues si la distribución en México ya es precaria, en mi ciudad es peor.

En fin: las 10 películas de este año que más disfrute, de menor a mayor gozo. Incluyo algunas bastante añejas por la ya mencionada distribución y les agrego un comentario amenizador, nada muy pensado.

Shutter island

10.- Shutter island (2010), de Martin Scorsese.

Curioso que DiCaprio, el hombre que otrora fuera profetizado como un actor de carrera trunca, protagonizara este año dos grandes películas. Un poco más alejado del Scorsese que suele deleitarme, Shutter island es un thriller de historia ciertamente predecible pero cargado de una atmósfera y personajes/actuaciones que pagan el boleto con creces. Quizá mi elenco favorito del año: Leo DiCaprio, Mark Ruffalo, Ben Kingsley, John Carroll Lynch y Jackie Earle Haley.

el secreto de sus ojos

09.- El secreto de sus ojos (2009), de Juan José Campanella.

Siendo sincero, cinematográficamente no tengo nada que decir. Caí rendido por su historia, pues pocas veces suelo ver películas del género. Aunque no me parece imperdible, creo que su factura y sus personajes (grande Guillermo Francella) le dan muchísimo plus y, a final de cuentas, resulta encomiable viniendo del cine latinoamericano, donde pocas veces podemos darnos el gusto de ver una película que, mínimamente, no apele a nuestra estupidez, nuestras ínfulas pretenciosas ni nuestro mal gusto. La disfruté muchísimo, sin duda.


the cove

08.- The Cove (2009), de Louie Psihoyos

Por un lado, The Cove es una denuncia sobre la legendaria caza de delfines en Japón. Lo llamativo es el proceso de filmación de la película en sí, pues requirió de muchísimo más que simplemente filmar, llegando a poner en riesgo su vida tanto en el aspecto físico como en dentro del marco de lo legal. Por otro lado, mi cuestión preferida: ¿no es The Cove una muestra de la hipocresía occidental frente a las costumbres extranjeras? En ningún momento defiendo la matanza y caza de delfines, pero creo que este documental es una ejemplo perfecto de cómo solemos ofendernos por situaciones fuera de casa siendo que nosotros, los occidentales, hacemos cosas muchísimo peores con pollos y vacas. Sería injusto menguar la calidad del documental y la iniciativa y trabajo de los involucrados por este aspecto. No: es admirable el trabajo de todos estos seres humanos por defender una causa de nobleza indiscutible; sin embargo a mí me dio muchísimo para pensar...

Dragon

07.- How to train your dragon (2010), de Dean DeBlois y Chris Sanders

En el fondo todos lo sabemos: DreamWorks hace películas para niños estadounidenses a los que buscan criar como idiotas. A diferencia de la competencia occidental y oriental, a la compañía sólo le interesa hacer éxitos taquilleros y rara vez se aleja de la fórmula de animales chillones de ojos grandes y actores de renombre mediático que presten su voz. Si bien en ese aspecto How to train your dragon no rompe de todo el molde, se dedica menos a ensalzar el american way of life y más en lo que realmente importa: la historia. Al principio me pareció simpática a secas, pero en posteriores visionados he ido encontrando cada vez más elementos destacables en relación con las pretensiones de la película. Nada del otro mundo, pero tampoco nada ordinario en este panorama no sólo de saturación de películas animadas, de refritos y de secuelas, sino también de películas de aventuras planas y sin gracia y de (quizá lo más importante) ausencia de películas infantiles edificantes que valgan la pena.

Cómo entrenar a tu dragon

06.- Inception (2010), de Christopher Nolan

No es lo que esperaba y, me temo, no es lo que muchos dicen. Aunque es encomiable que la propuesta blockbustera de Christopher Nolan se aleje del efectismo barato y de una historia hecha al vapor, no es ni de lejos una revolución cinematográfica o un ejercicio guionístico inentendible (incluso no creo que sea la mejor del director). Su virtud más grande, sin duda, es el montaje de la una historia buena y ocasionalmente intrigante. Francamente, a este punto me cuesta mucho hablar de las virtudes de Inception, pues creo que sus fallos son más evidentes; sin embargo, tiene ese algo que, pecando de fanboy o lamesuelas, sólo Nolan y sus guionistas han logrado hacer y que sigue encantándome del director... para bien o para mal. Su degustación es obligada, eso sí.

Scott Pilgrim

05.- Scott Pilgrim vs. the world (2010), de Edgar Wright

A mi parecer, y desde una posición totalmente subjetiva, a esta película se le valoró muy mal. A la historia en general, de hecho. No creo que represente una generación y, si de hecho lo hace, sería una pena pertenecer a ellan: la de los que ni trabajan ni estudian y ven la vida pasar, movidos únicamente por los placeres a corto plazo ("amor"). Sí creo que representa una cultura y a una óptica singular del mundo compuesta por los denostados artes del videojuego y el cómic, eso sí. Lo peor que podemos hacerle a esta pequeña obra de arte envuelta en celofán es criticarla por lo que he mencionado en un principio, pues Edgar Wright y Brian Lee O'Malley nunca pretenden aleccionarnos ni ponerse moralinos. Guardando las distancias, son como Maquiavelo: no son su obra, son el reflejo de su época y su submundo (sin hablar peyorativamente).

The Social Network

04.- The social network (2010), de David Fincher

Al inicio fueron las pocas expectativas y al final fue el gran potencial. Si te dicen que van a hacer una película sobre la creación de Facebook —invento revolucionario que en teoría es maravilloso pero en la práctica es hartante y vacuo—, piensas en un documental insípido que, al estilo de las clásicas conferencias de empresas estadounidenses, muestre el éxito y la maravilla que representa el producto o servicio en cuestión. ¿Pero qué pasa si, al contrario, se explota el lado más cruento de la compañía y su fundación? Aunque al final es una obra que no es necesariamente fiel a la historia verdadera, The social network es un excelente drama en la época del internet 2.0, la hiperinformación y la sobrevaloración de la llamada propiedad intelectual. A diferencia de Scott Pilgrim, que más que representar una generación representa un arquetipo/estereotipo, The social network es el reflejo nítido de la generación dominante contemporánea. La maestría de David Fincher sigue latente, como se ejemplifica en esta ocasión.

Toy Story 3

03.- Toy story 3 (2010), de Lee Unkrich

Sería iluso decir que la nostalgia no la ha engrandecido a los ojos de todos aquellos que amamos la saga, pero sería más iluso decir que la película sobresale únicamente por ello. La carga sobre esta tercera parte, dirigida por Lee Unkrich, era incalculable: tenía al menos las esperanzas de dos generaciones en sus manos, por lo que la apuesta, en ese sentido, era casi mortal. Resultó para muchos el evento cinematográfico del 2010 y, aunque no me gusta ser permisivo en ese tipo de cosas, creo que muchos podríamos hacernos de la vista gorda y entregarnos a la añoranza de tiempos mejores. Dudo que a alguien le (nos) haga daño.

Hunger

02.- Hunger (2008), de Steve McQueen

Tengo 21 años y una nutrición cinematográfica que básicamente ha consistido en películas de ciencia ficción, fantasía y blockbusters genéricos. Me gusta criticar películas no porque crea tener el acervo necesario para hacerlo, sino porque creo que, aún teniendo esas carencias, tengo suficiente criterio para separar mi gusto de lo que es bueno (a diferencia del cinéfilo promedio, que asocia el gusto directamente con la calidad). Hunger (2008), de Steve McQueen, es el tipo de películas que generalmente no me gustan: demasiado específicas, con estética de cine (comúnmente) pretencioso y que no parten de algún mito clásico. Con sus planos parsimoniosos, sus secuencias heterogéneas —pasan de un contexto a otro con la sutileza de elefantes apareándose— y su contexto transgresor, disfruté Hunger como pocas películas este año. Quizá fue el hecho de caer en un estado de contemplación instintiva y casi primitiva al degustarla, pues más que pensar y reparar en lo que veía, simplemente me dejé llevar. El arte, que se mete en ti por el alma y no por la mente.

Evangelion

01.- Evangerion Shin Gekijōban: Ha / Evangelion 2.0: you can (not) advance (2009), de Hideaki Anno

Evangelion 2.0 (2009) simple y sencillamente me voló la cabeza. Dirigida por Hideaki Anno, el artífice absoluto de cada una de las encarnaciones audiovisuales de la obra —a saber: la serie de 26 episodios, la película Evangelion death & rebirth, The end of Evangelion e, incluso, Revival of Evangelion—, es la segunda parte de la tetralogía de Rebuild of Evangelion, una nueva interpretación de la obra original. ¿Es posible agregar algo con suficiente sustancia como para hacer valer el esfuerzo y, de paso, insuflarle nueva vida a la mitología de Evangelion? Por increíble que parezca, sí: hay mucho por contar (o recontar) aún. Aunque es difícil hablar del precedente que podría sentar esta reconstrucción habiendo sido estrenadas únicamente dos de las cuatro películas, la segunda parte que nos incumbe es una película sobresaliente en muchísimos aspectos. Trae una cruz muy pesada como secuela, pues la complejidad de la historia de la saga no permite entender esta parte sin haberse echado la anterior (Evangelion 1.0: you are (not) alone); aún así, es un relato que fluye de manera hermosa y sutil, cargada de una serie de personajes que pocas obras cinematográficas han podido desarrollar y dotar de alma hasta el punto en que lo hace esta. ¿La historia? Ya la conocen: un grupo de monstruos invade un Japón postapocalipsis (que no postapocalíptico) mientras una organización militar llamada NERV utiliza robots tecnoorgánicos para combatir la amenaza. Un clásico instantáneo.

MENCIÓN DE HONOR

Millenium Actress

Sennen Joyū / Millennium Actress (2001), de Satoshi Kon

En 2010 falleció Satoshi Kon, uno de los directores de animación más prometedores del panorama actual. Conociendo de él únicamente Paprika, decidí que en su memoria lo menos que podía hacer era entregarme a su modesta pero reconocida trayectoria. Y fue aquí cuando conocí Millennium Actress, película del 2001 que fácilmente ha sido la mejor película de mi año, muy por encima de las antes mencionadas. Duele mucho saber que un artista tan prominente ha muerto sin haber tenido la oportunidad de dar más de sí —ha dejado una película inconclusa, Yume Miru Kikai / The Dream Machine—, así que, como humilde reconocimiento, ocupa un lugar honorífico por encima de mi top 10 de 2010. Y sépase que por un mero formalismo esta obra no ocupa el primer lugar del año, pues es, con mucha diferencia, la experencia cinematográfica más avasalladora de mi 2010.

domingo, 2 de enero de 2011

Mis libros del 2010

Exceptuando el de las películas (un must personal), no pensaba hacer resúmenes del año en otros aspectos; sin embargo son sumamente divertidos y, como me comentó una vez Ernesto Diezmartínez, es interesante ver en retrospectiva este tipo de cosas: qué me gustaba y por qué me gustaba. Así que al menos haré uno de libros y de cine en forma, ya que son dos de los apartados que más he cultivado este año.

De libros pondré los que más me han gustado independientemente de su año, pues no soy persona que muera por leer obras contemporáneas; antes prefiero leer clásicos y libros de hace décadas para conocer la base de mucha de la literatura moderna.

Dicho esto, los dejo con la lista de mi diez libros favoritos leídos este año.

10.- Un mundo feliz - Aldous Huxley

Huxley es indispensable en los tiempos que corren, sin duda. Junto con Orwell y Bradbury, es el padre de la triada de la distopía: una serie de novelas que narran mundos alternativos al nuestro en el que una fuerza humana (por lo general el gobierno) se vuelve tan poderosa que, a base de opresión y omnisciencia, controla a las mujeres y hombres en su totalidad. Lo interesante es que aún cuando 1984 y Un Mundo Feliz giran en torno a lo mencionado -dispensarán que no he leído Farenheit 451-, sus perspectivas son muy distintas, abordando la relación entre opresor y oprimido de modo prácticamente diferente. Mi comentario final: aunque el mundo de Huxley es mucho más fatalista que el de Orwell, la narrativa de este último supera a la de Huxley. Pero da igual: ambas son justificadas obras cumbre dentro de su propio género. indispensables.

Gaiman

09.- El libro del cementerio - Neil Gaiman

El mismo Gaiman lo deja entrever: esta es una nueva versión del Libro de la Selva a través de su óptica, lo que implica los tópicos tradicionales del autor. Siendo un autor tan prolífico, incluso este tipo de obras, dedicadas a los más pequeños (o al menos los que son más pequeños que su público habitual), son muy disfrutables, en especial con el trabajo de Chris Ridell en la ilustración.

Braulio Peralta

08.- Los nombres del arco iris - Braulio Peralta

Este fue un librito que por ser de temática gay y estar a $15 en la Gonvill de mi ciudad me descabeché. Hermosa sorpresa: condecorada con el Premio Nacional Testimonio Chihuahua, Los nombres del arco iris es un trabajo que mezcla realidad y ficción. Desde notas periodísticas, cuentos, testimonios e incluso ensayos, la obra resulta un compendio de trazos para entender el movimiento homosexual, como su subtítulo lo dice. Lo que yo más destacaría es su amenidad y su cualidad didáctica, algo indispensable en cualquier lectura prominente.

Tokio Blues

07.- Tokio blues - Haruki Murakami

Aunque a Murakami mucha gente no lo baja de escritorsucho de aeropuerto, a mí me cautivó esta historia adolescente -lo cual vendría a demostrar un posible mal gusto, hum...-. Quienes conocen más de su obra me han dicho que es de lo peor del autor, por lo que muero por leer lo demás. Totalmente recomendable a mi generación, para bien o para mal.


Dali

06.- Diario de un genio - Salvador Dalí

En un irremediable ataque de narcisismo, según lo calificó quien me oyó, me siento hoy, después de leer este libro, más identificado que nunca con el gran Avida Dollars. Y no es en balde, pues la de Dalí fue una vida ecléctica. Sus arrebatos irrisorios, sus declaraciones escandalosas, sus poses repudiables y sus obras majestuosas... Es como ver a un gigante hecho de oro derrumbarse en nimios pedazos.

Déjame entrar

05.- Déjame entrar - John Ajvide Lindqvist

Seducido por las críticas, los comentarios y el éxito de la adaptación cinematográfica, quise experimentar de primera mano la fuente de todo ello. Una historia francamente hermosa, que demuestra que aún en nuestra era se pueden hacer obras sobre vampiros que harían ruborizar al mismísimo Drácula.

04.- Crimen y castigo - Fiódor Dostoievski

Aunque eso de tener protagonistas odiosos no es lo mío, Crimen y castigo me hizo suyo. Muy poco que decir, pues la historia ha hablado suficiente tanto por este libro como por Dostoievski.

03.- La sombra más allá del tiempo - H. P. Lovecraft

Coloquialmente hablando, más Lovecraftiano y se muere. Reúne todo lo que ha hecho famosas a las obras del de Rhode Island, por lo que a mí me volvió loco. Quizá sería uno de los puntos de análisis más importantes de su trabajo para mí, pues aún con todos sus tópicos y clichés, entre ellos la predicibilidad de la historia, tiene un ritmo y una capacidad de inmersión única, capaz de opacar gran parte de sus fallas.

02.- México bárbaro - John Kenneth Turner

Una lectura que debió ser obligada durante este año de festejos insensatos. Inevitable la rabia que se desarrolla página tras página, sobre todo al salir a la calle o al suceder cosas como la de WikiLeaks, que dejan en evidencia el mundo de fantasía barata en el que muchos queremos sumergirnos.

Eisner/Miller

01.- Eisner/Miller - Charles Brownstein

Desde que me hice de él allá por julio, lo he leído tres veces completas. Eisner/Miller es un compendio de entrevistas moderadas por Charles Brownstein a dos grandes del cómic estadounidense: Frank Miller y, quien ha venido a despedazar a Alan Moore como el dios del cómic en mi gusto, el gran Will Eisner. Hay mucho de todo en este libro, pero sobre todo amor y pasión. Ambos, Will y Frank, son llamas vivientes, irradiando calor en cada palabra, acto y obra. Las largas charlas que discurren durante el libro distan de ser entrevistas monótonas y artificiales: son pláticas que salen del alma y que se acunan en la camaradería y en el amor fraternal entre estos grandes hombres. Fue el aspecto que me enamoró del libro: el ascenso del respeto y del honor a través de temas tan apasionantes para mí como el inicio de cada uno como artista, su perspectiva de la industria e incluso algunas cosillas dedicadas a otros grandes hombres como Stan Lee y otros no tan grandes como Bob Kane. Indispensable para cualquier que ame el cómic norteamericano no por su aportación al acervo cultural, sino por lo energetizante de cada uno de los diálogos de ambos camarada.

Aviso parroquial

He borrado todos los posts anteriores, excepto el de mi bienvenida al 2011. Parte de un plan de renovación del sitio y también personal. No están perdidos: los he salvado en un archivo .xml. Bienvenidos al nuevo espacio, mucho más limpio que el anterior.

sábado, 1 de enero de 2011

Y el 2011

El 2011. Terminó el 2010, y ya estamos en el 2011.

Antes que nada, quisiera disculparme por el comportamiento tan errático en este lugar. Si bien sé que lectores fieles tengo poquísimos, para mí es importante seguir escribiendo aquí ya que, sea por desplantes de pedantería, por ejercicios de crítica, por ganas de compartir algo o por tener algún modo de relacionarme con más personas. La disculpa, en última instancia, va dirigida a mí, por no darme el tiempo de estar aquí todo lo necesario y dejar muchísimas cosas pendientes o desaprovechar los pocos escritos que he tenido oportunidad de hacer.

No recuerdo si ya lo dije aquí, pero de nuevo trabajo, y ahora en otro periódico (el de mayor circulación en Culiacán, de hecho). Llevo mes y medio y aunque me he relacionado bien con la mayoría de mis compañeros de trabajo, confieso que no me siento agusto y creo que en breve saldré de ahí. Lo que sí es que pienso buscar inmediatamente otro trabajo, pues mi gran meta del 2011 es ahorrar lo suficiente para irme a vivir al DF. Sí, sé que usted, posible lector defeño, se caga en su ciudad y la considera el tártaro de nuestra era, ¿pero qué quiere que le diga? A mí me gusta mucho.

Un poco relacionado con eso, quizá lo más destacable del año es que pasé la mitad de él fuera de mi ciudad: los primeros cuatro meses del año estuve en Guadalajara y los dos del verano vacacional en el DF. Experiencias totalmente nuevas, pues nunca había vivido fuera de mi casa por tanto tiempo y alejado de mi familia. Y aunque ambas fueron por motivos académicos, definitivamente terminé aprendiendo muchísimo fuera del contexto académico.

Aprendí mucho, por ejemplo, de hablar con las personas que quiero. Es maravilloso lo que puedes aprender de la sinceridad de las personas, sea cual sea su nivel socioeconómico o su acervo cultural. Y conocer personas nuevas es muy importante, aún cuando estas sean pasajeras en tu vida. Fue quizá lo mejor de mis paseos: mis nuevas adquisiciones sociales.

También dejé ir gente, por fin. Lozas gigantes sobre mi espalda, mohosas y resquebrajadas. Dejaban llagas horribles en mi espalda y me hacían sangrar, dejando un rastro tinto a cada paso. Muchas de esas personas eran gente de años, otra gente que conocí este mismo año pero que merecían el mismo destino. Siempre ha sido el gran dolor de mi vida: dejar ir a la gente y perder esa supuesta virtud que me haría darle su espacio a cada persona en mi corazón, por pequeño que éste fuese. Y quizá es poco humilde y bla bla bla, pero soy mucho más grande que lo que esas personas perciben de mí y merezco más de ellos. Creo que ha sido la solución más inteligente, pero no la más saludable ni indolora.

Finalmente, me di cuenta de como el León, el animal, ha tenido un gran simbolismo en 2010. Desde personas, lugares, situaciones... todo ha estado relacionado en mayor o menor medida con un león. Caí en cuenta de esto hace algunas noches y quedé muy sorprendido, de esas cosas que parecen sacadas de los cuentos.

¿Y qué para este 2011? Como siempre, daré lo mejor de mí y buscaré la felicidad. Sin embargo, a diferencia de otros años, buscaré mi felicidad aún a costa de los demás. Creo que debe ser mi año y que alguien debe salir lastimado en el proceso.

Mis mejores deseos.