sábado, 30 de abril de 2011

¿Wii ha muerto?

Project Cafe
Controles de "Project Cafe". Dicen.

Por si alguno de ustedes ha estado debajo de una roca las últimas semanas, la noticia: Nintendo ha anunciado que la sucesora de Wii, cuyo nombre tentativo hasta el momento es "Project Cafe", será anunciado oficialmente en el E3 2011 (7 a 9 de junio) y podrá jugarse en dicho evento. Además, y según lo dicho, la consola saldría al mercado en algún momento del 2012.

No es de extrañar que el ciclo de vida de la consola de Nintendo llegue a su fin el próximo año, pues desde un principio, y dadas las características técnicas de la máquina, estaba sobreentendido que cumpliría la misma edad que el Game Cube o el N64 antes de ser relevada. Sin embargo, la cuestión es que, aún faltando alrededor de 12 meses para ser desplazada, Wii está prácticamente muerta.

Y digo prácticamente tanto por uno que otro jueguillo pululando por ahí como por la próxima salida del esperado The Legend of Zelda: Skyward Sword, que es lo único que pudiese volver interesante a la consola de mesa de Nintendo.

The Last Guardian
Hay gente que también espera The Last Story. Yo respeto.

Es lamentable porque, según alcanzo a entender, quien ha tenido la culpa de este abandono de buenas entregas ha sido la misma Nintendo. En 2010 los juegos más memorables (que no necesariamente juegos sobresalientes) han sido todos de franquicias de la misma empresa: Donkey Country Returns, Metroid: Other M, Super Mario Galaxy 2... y paremos de contar. La participación de third parties fue, como máximo, decente, pero en ningún modo le ha llegado a los talones a las obras antes mencionadas. Y Nintendo en ningún momento se ha visto con la iniciativa de apoyar a empresas externas, antes se ha cerrado en su esfera de estadísticas de ventas desmesuradas (al menos hasta el E3 2010) y las ya mencionadas propias franquicias.

La cuestión de no dar el tope en lo creativo y lo técnico no sería tan mala si, al menos, hubiera propuestas más variadas en cuanto a género; no obstante, ocurrió lo que muchos siempre temimos: Wii se llenó de jueguitos basura hechos con tres pesos y que tienen como fin aprovechar alguna serie de televisión infantil o la película del momento. Aún cuando los detractores podrían apostar que este era el destino obvio de Wii, muchos vimos en ella un futuro prometedor no en el aspecto técnico del desarrollo de videojuegos, sino en las posibilidades que el gameplay (novedoso cuando recién salió) ofrecía. En ningún momento creo que fuera una máquina que necesariamente debió convertirse en hervidero de juegos chatarra, pero su notoria falta de buenos juegos que equilibraran la balanza la terminó convirtiendo en eso. Peor aún, una reciente ola de juegos de baile (juegos casuales donde los haya) ha tomado un auge que creo no se vio venir, pues cosas como Michael Jackson: The Experience, resultaron con desastrosas calificaciones pero copiosas ganancias económicas. De ahí que no sólo las empresas se enfoquen a producir en masa más juegos de este tipo, sino que incluso en otras consolas se dé el mismo fenómeno, con mención especial en el Kinect de 360.

En todo caso, el nicho de Wii durante los últimos meses parece ser WiiWare, que aunque tampoco ha remontado a nivel sobresaliente, creo que ha dado más alegrías y sorpresas durante el año pasado que los juegos en físico y de (supuesta) gran producción.

Entonces, ¿le queda algo a Wii? Ningún juego, aparte del ya mencionado Zelda, entusiasma en demasía; las últimas novedades de hardware (WiiSpeak, Wii "nací muerto" Vitality Sensor...) han sido ideas sin gracia y desaprovechadas y, considerando que ya hay sucesora en puerta, no creo que ni la misma Nintendo piense enfocarse más en ella. ¿Se nos ha muerto la Wii (desde hace meses) y no nos resignamos aún?

Epic Mickey

El post ha venido a propósito de que recientemente he probado Epic Mickey y, con toda certeza, puedo decir que no me he decepcionado tanto en años respecto a un videojuego. Más allá de su linealidad y su simpleza (no esperaba un Shadow of the Colossus, pero chingado...), no recuerdo haberle echado la mano a un videojuego con una cámara tan desastrosa y lamentable, lo que lo hace prácticamente injugable. Una pena, considerando que Warren Spector estaba en la producción.

jueves, 21 de abril de 2011

El orgullo de una máquina

Portal

Portal (Valve, 2007) es lo que hubiera pasado si Phillip K. Dick hubiese escrito una comedia.

Para quienes no conozcan, un poco de información: Portal fue un pequeño juego incluido en The Orange Box, un paquete de cinco videojuegos que la empresa Valve lanzó como un solo artículo en 2007 para X-Box 360, PS3 y PC, a través de su plataforma digital Steam para este último. Lo de pequeño es literal, pues su duración era apenas de unas horas (en comparación con los antes mencionados) y, en sí, era un juego de producción modesta, cuya función principal era ser un extra para los jugadores.

Pero Portal formó legión. Al igual que esas pequeñas piezas que en años recientes han recibido el beneplácito de crítica, público y hasta han tenido éxito en lo que a recaudación económica respecta, la minimalista obra de Valve no sólo se convirtió en un fenómeno cultural masivo que difiere de otras grandes sagas no sólo por sus pretensiones (nulas), sino también por no pertenecer a ninguna franquicia antediluviana, por lo que lo suyo no es cuestión de la costumbre y la tradición de una saga, como sí puede pasar con Mario Bros., Final Fantasy y The Legend of Zelda, ente otros.

A mi parecer, hay tres aspectos que fueron los responsables de engendrar este culto a su alrededor.

El primero es, sin duda, su mecánica. Colocada en el espacio mainstream, el gameplay de Portal es poco menos que un suicidio comercial: desarrollado con perspectiva en primera persona, algo que culturalmente parece estar monopolizado por los First Person Shooter (Call of Duty, Halo, Counter Strike...), es un juego que se aleja totalmente de ese contexto. De hecho, se asemeja más al Metroid de Retro Studio, una First Person Adventure. En Portal lo importante no es hacerlo rápido, sino hacerlo bien, así que el tiempo está totalmente de nuestro favor. Si tomamos en cuenta que el género angular de la obra de Valve es Puzzle, la cuestión en Portal es, justamente, resolver acertijos, no combatir enemigos.

Portal

La funcionamiento del juego es sencillo: cuentas con una pistola que lanza un rayo azul y uno naranja, generando cada cuál un portal que se conecta con el otro. Usando las superficies blancas de las habitaciones (las únicas en las que puedes generar un portal), los elementos anexos (cubos, principalmente) y la física y la gravedad, deberás avanzar por cada escenario hasta llegar a la puerta de salida. A excepción de unas esporádicas torretas estáticas que te disparan cuando estás en su rango de ataque (a las que puedes inhabilitar), no hay enemigos en Portal.

El segundo es su diseño artístico. No es muy original o sobresaliente per se, pero es sumamente pulcro y brillante, algo que por lo general atrae hasta el más excéntrico. Portal reboza de esto, lo que le da a todo un aire tecnológico y antiséptico. Quizá suena controvertido y hasta burdo tomar en esto cuenta, pero a mí me parece sumamente crucial si se habla de atraer público hacia un juego que no se respalda por precuelas ni por una campaña de marketing. E incluso es efectivo si se considera atraer a jugadores casuales y novatos, pues, a diferencia de esa tendencia contemporánea al diseño caótico y mundano en los videojuegos, que repele a cierto sector por ello mismo, Portal ofrecía un espacio parsimonioso, de apariencia moderna y, ante todo, shiny.

Y el tercero y, desde mi humilde punto de vista, el más crucial: su humor. Aunque no hay enemigos en Portal, sí hay una antagonista. Su nombre es GLaDOS.


GLaDOS es la inteligencia a cargo de Aperture Science, el lugar en el que la protagonista del juego realiza los retos. Siendo un ente artificial, no siente consideración sobre la integridad de Chell, la protagonista, lo que deriva en ocasionales comentarios que rayan en un absurdo humor negro. La suma de su peculiar timbre de voz (a cargo de Ellen McLain, una cantante de ópera) forma uno de los personajes irónicamente más carismásticos de la última década en los videojuegos.

Portal

Aún con la supuesta incapacidad inherente a su existencia de máquina en lo que a tener sentimientos humanos se refiere, GLaDOS se perfila como una creación femenina, orgullosa y malévola. Como su único medio de manifestación es la voz, suele hacer comentarios mordaces y crueles sobre la dificultad de las pruebas y cómo estas pueden, probablemente, exponer a Chell a un dolor intenso. Disculpa todo el asunto proclamando que es en nombre de la ciencia. También suele jugar y bromear con Chell, brindándole disyuntivas de acción en las que reside tanto el éxito como la ya mencionada muerte dolorosa y sangrienta, "que será recogida en los registros de prueba". Es un personaje sumamente complejo e inteligente, la columna vertebral del aspecto humorístico en el juego. Y si consideramos que el humor es uno de los puntos más fuertes de la obra, entendemos que la figura de la inteligencia artificial es nuclear.

Otro aspecto curioso de Portal fue su canción de créditos, que se volvió un clásico instantáneo en la industria musical de los videojuegos: Still Alive, compuesta por Jonathan Coulton e interpretada por Ellen McLain.


En 2011, Valve ha lanzado una secuela: Portal 2.

domingo, 10 de abril de 2011

Un montón de cosas qué decir

En un principio la entrada iba a ser titulada como "Nada qué decir", pero a los pocos segundos me di cuenta de que eso no es verdad. No hay nada de valor qué decir, eso sí puedo admitirlo, pero la cantidad sí es considerable.

No he dejado el blog, para aquellos que estaban tanteando la posibilidad de quitarse la vida ante la perspectiva de ello. Simplemente estoy muy ocupado en cosas que de ningún modo se conectan con el arte de escribir al público en esta plataforma. Creo que anteriormente ya había dejado este lugar vacío por periodos de tiempo más largos que éste, así que a los asiduos (???) no les debería extrañar. La diferencia entre aquellas veces y y ésta es que en estas semanas que he estado lejos he sentido muchísima necesidad de escribir aquí. Pensé en ello después de ver The Social Network hace unos meses, cuando alguien le hace un comentario a Zuckerberg sobre su ego y su necesidad patológica de expresar en internet cada cosa que piensa, creyendo que cada post es de valor incalculable para la raza humana. Pero no, no; no he sentido la necesidad de echar mierda sobre gente que conozco (ya no... tanto...), sino de escribir porque no sé pelear ni me animo a gritar en voz alta ni quiero comer tanto. Así que es esto.

Lo que últimamente tiene acaparada mi mente es la violencia en México. Nunca en mi vida había estado tan consciente ni me había sentido tan lastimado ni desmoralizado respecto a lo que ocurre en el país. Y no me refiero a lo de Javier Sicilia, sino a lo que ocurre en mi estado, en mi ciudad. Trabajar en un medio de comunicación sólo propicia eso, pues ahora prácticamente respiro todo este ambiente, conociendo cada mínimo detalle de los horrores de la ciudad. Me he encontrado, sobre todo, con que cada vez banalizo e incluso hago mofa de estos eventos, pues parece el camino más llevadero: reírse y dejar escapar la tensión perenne de estos asuntos. Suena ridículo decirlo, pero en verdad me escandaliza esto de mí y de las personas que me rodean, pues no quiero estar entre entes que, de saber que alguien me ha "levantado", me ha cortado los dedos, me ha arrancado los testículos y el pene, me ha metido un tiro en la cabeza y después me ha tirado semidesnudo a orilla de una carretera, se reirán de la situación y harán alguna broma estúpida al respecto. O peor aún: gente que, además de lo anterior, simplemente se dirá para sus adentros que "algo habrá hecho...".

(No creo que mi manía de decir tanta mierda merezca que alguien me haga esas cosas, pero uno nunca sabe.)

Antes estos asuntos no me afectaban tanto, o más bien nada. Pero hoy me hierve la sangre cada que leo noticias sobre como matan gente inocente y avientan los cadáveres a hoyos o, más aún, cuando leo noticias sobre el gobierno. Nunca había odiado a un presidente hasta ahora. Cada vez que leo alguna nota sobre cómo Felipe Calderón intenta legitimizar este modo de vida sangriento diciendo que "las inversiones extranjeras van muy bien" o que "la proyección económica de México dentro de 10 años es la más favorable del sistema solar", no puedo evitar pensar que es un total y completo pendejo. Nos están matando (con mucha saña) y él quiere aminorar todo hablando de dinero. Y su sentido del humor es asqueroso, me parece increíble que ostente esa insensibilidad y falta de respeto en sus mítines y reunioncitas de politicuchos, haciendo chistes babosos como si estuviera en la cantina con los compadres.

Y aún más que la estupidez de nuestro gobierno, últimamente me enerva la apatía y la poca conciencia de la gente respecto a todo esto. Me parece incomprensible que no nos podamos unir todos y, si bien no podemos acabar con la violencia, sí acabar con todo lo pútrido de nuestro gobierno: violentar a los partidos políticos y sus dirigentes, que sólo nos ultrajan usando nuestros recursos para batallas mezquinas por el poder y el dinero. No entiendo cómo si predicamos nuestra repulsión hacia la violencia y a las mafias, seguimos solventando a las más poderosas y longevas y las colocamos en un marco de legalidad. Increíble. Pero en fin, a nadie le descubro el hilo negro.

Fuera de mi insana obsesión por la violencia en México, sólo me he dedicado a vivir. Mi plan de hacerme de dinero para poder irme de la ciudad (y del país, de ser posible) me obliga a seguir trabajando y, además, sigo estudiando. Sólo he tenido tiempo para consumo: he leído mucho, visto muchas películas, contemplado muchos cómics y jugado muchos videojuegos. Especialmente esto último, pues me hice de Batman: Arkham Asylum para PS3 y he estado enganchado estas dos últimas semanas. Una pieza de arte electrónica, una maravilla. Y lo venidero en ese aspecto también es bueno, pues ya en dos semanas se lanzará Portal 2 y, en lo consecuente, un remake en HD de Shadow of the Colossus y ICO, The Last Guardian y la secuela del juego de Batman, Arkham City.

Sobre lo que leí, hasta este momento he leído El Cuaderno Dorado (ya lo había mencionado); El Fin del Mundo y un Despiadado País de las Maravillas, de Murakami; El Sueño del Celta, de Vargas Llosa y actualmente me encuentro con 1Q84, también de Murakami. Me hice el propósito de que, si no aprendo absolutamente nada en la universidad, al menos aprenderé un poco de lo que lea por mi cuenta.

Y bueno, es todo. Muchas gracias por leer. Espero escribir pronto.