sábado, 4 de febrero de 2012

Breves vistas


Drive (2011)

Forma sobre fondo. Un juego de arquetipos en el que la luz es el protagonista principal (no recuerdo una escena significativa en la que el juego de luces y sombras y/o la iluminación no tuvieran un papel fundamental). Pese a todo, y con mi manía por darle a la historia y su narración la máxima importancia, no la encontré tan sobresaliente como me la contaban: los personajes no sacan a relucir mucho de ellos, se comportan como meras fichas de ajedrez o una baraja de tarot, llenando roles en el cuento (tan es así que el protagonista, interpretado por Ryan Gosling, no tiene nombre propio), lo que, a la larga, no genera interés en lo que les pueda llegar a pasar. La identificación o interés con cualquiera de los protagonistas que parece que muchos han experimentado viene, en todo caso, de la pose. En especial de Gosling, que no deja de ser el caballero bien parecido, callado y sobrio que puede convertirse en una máquina de matar sólo para defender a quien ama. Atractivo para cualquier persona.

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Drive
Estados Unidos; 2011
Director: Nicolas Winding Refn
Protagonistas: Ryan Gosling, Carey Mulligan, Bryan Cranston, Albert Brooks


Toki o kakeru shōjo // La chica que saltaba a través del tiempo (2006)

Una comedia de ciencia ficción sobre una chica de preparatoria que descubre que puede viajar a través de la cuarta dimensión y, con ello, arreglar o dar un giro distinto a situaciones propias de una estudiante adolescente. El elemento sci-fi se limita a los mencionados viajes temporales y las posibilidades narrativas que estos ofrecen, con la construcción de intrincados puzzles entre personajes y hechos que suelen hacerse en este tipo de historias, enfocando todo lo demás a las situaciones cómicas y románticas que, junto con los personajes, arrastran varios clichés de series de anime genéricas, lo que no extraña si se toma en cuenta que el director es Mamoru Hosoda, quien trabajó en algunos capítulos y una película de Digimon, así como una película de One Piece.

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Toki o Kakeru Shōjo
Japón; 2006
Director: Mamoru Hosoda
Voces: Riisa Naka, Takuya Ishida, Mitsutaka Itakura


Bridesmaids (2011)

Su mayor logro debe ser la transgresión de la norma de que la comedia femenina y/o de boda debe estar exenta de humor escatológico: en Bridesmaids ni todas son muñecas de porcelana impecablemente vestidas (o desaliñadas, pero aun así muñecas) ni tampoco se desviven en situaciones femeninamente ridículas y frívolas (sobre todo en comedias de boda) o escenas de amor/sexo insoportablemente cursis. Aquí las mujeres cagan, vomitan y cogen cual si estuvieran en comedia masculina adolescente y, además, no son bellezas deslumbrantes o arquetipos de mujeres sentimental y laboralmente realizadas. Y ese también es su defecto más notorio: fuera de la "novedad" que una comedia de bodas no sea una tontería como esto, tenemos a una comedia cualquiera, con algunos personajes principales bastante grises (la mitad de las bridesmaids, por ejemplo), unos secundarios desaprovechados (Rebel Wilson y Matt Lucas, ni más ni menos) y una historia que ya en su recta final cae muchísimo. Destacan, eso sí, Kristen Wiig (quien escribe y protagoniza la película) y Melissa McCarthy, nominada a un Oscar por esta película, en un personaje que ni a Judd Apatow en horas altas...

Bridesmaids

Bridesmaids
Estados Unidos; 2011
Director: Paul Feig
Protagonistas: Kristen Wiig, Maya Rudolph, Rose Byrne, Melissa McCarthy


The girl with the dragon tattoo (2011)

Después de la grandiosa The social network (una de las mejores películas del 2010), David Fincher parece meterse en un mero encargo cinematográfico y dirige The girl with the dragon tattoo, basada en el primer libro de la saga novelística escrita por Stieg Larsson, el cual ya fue adaptado en 2009 al cine, aunque sin el respaldo comercial de Hollywood. Hablando de modo totalmente subjetivo —como en todo lo escrito anteriormente...—, resulta una película tan densa y fría que nunca conecta con el espectador, y que basa todas sus virtudes en la historia, que versa sobre la investigación del paradero de la integrante desaparecida hace 40 años de una familia asquerosamente acaudalada; y en Lisbeth Salander, uno de los dos personajes principales, quien es interpretada por Rooney Mara, en un papel que exige físicamente mucho poder y excentricidad, pero que histriónicamente no explota mucho (en ese sentido, me sigo quedando con Daniel Craig). Por lo demás, ocurre algo parecido que con Drive, forma sobre fondo, aunque aquella no se ahogaba en sí misma con enredos innecesarios. La narración intenta ser vertiginosa e interesante, pero por lo general todo termina en una serie de soliloquios de personajes en los que no llegas a interesarte nunca. Mención especial a su final: media hora de eventos narrados de modo aún más aburrido y tedioso que en la película y con los que sólo esperas que, por favor, la película termine ya. Una película no recomendable y con la que termino de confirmar mi total desinterés por el fenómeno literario Millennium.

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The girl with the dragon tattoo
Estados Unidos, Suecia, Reino Unido, Alemania; 2011
Director: David Fincher
Protagonistas: Daniel Craig, Rooney Mara, Christopher Plummer, Stellan Skarsgard

1 comentario:

William Saints dijo...

Sobre la comparación con la versión sueca, ni idea. No siento ningún interés por la obra literaria y ésta sólo la vi por David Fincher.

Sobre lo de la atmósfera, no sé. No me percaté de los demás que estaban en el cine, pero al menos a mí no me mantuvo al borde del asiento en sí. Sí genera atmósfera: fría y muy sobria, pero tiene que ver mucho más con la forma (la fotografía, especialmente) que con el fondo, pues, como dije, a mí el leit motiv de todo no me interesó nunca porque no veía cómo esto iba a afectar a los personajes. No dejaba de ser un mero encargo.

Sobre Daniel Craig, pues me pareció que cumplía. No es el protagonista principal ni intenta serlo, y creo que esa falta de pretensión es lo que me agradó.

Y sí, el final es muy malo. Muestra falta de agilidad y se basa en el hecho de que, supuestamente, a este punto estaríamos tan involucrados con la historia y los personajes que nos debería importar tanta cosa por parte de Lisbeth, pero no. Pudieron cortarlo, de hecho.