viernes, 23 de enero de 2015

Las singularidades de Spider-Verse


Spider-Verse, el evento Marvel en el que todas las versiones de Spider-Man de distintos medios a lo largo de su historia (repito: TODAS) se unen para combatir un mal interdimensional, es un oasis en medio de tantos "megaeventos" tanto de Marvel como DC: en lugar de inflarse a base de publicidad efectista y decisiones editoriales burdas, Spider-Verse se construyó. Y permitan la ñoñez: se construyó con mucho cuidado, con mucha atención al detalle, con mucha inteligencia y con muchísimo amor. Sienta un precedente importante no sólo sobre cómo hacer megaeventos, sino cómo abordar los historias de superhéroes a gran escala sin perder la candidez primigenia del género (especialmente tratándose de personajes tan queridos como Spider-Man).

De su última contribución, The Amazing Spider-Man #13, rescato la siguiente página:

Spider-Verse
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Lo oportuna que resulta (dada la historia) le quita cualquier cursilería o ridiculez moralizante: una preocupación genuina, me parece ("Somos especiales, todos, de alguna manera, cada quien con su modo de ser..."). Sin embargo, encuentro una segunda lectura: la de la diversidad humana en la cultura pop, especialmente en un campo tan anquilosado como el de cómics estadounidense de superhéroes que, para muchos, es "el comic" por antonomasia. Con el personaje principal promedio siendo un hombre joven blanco estadounidense, sigue siendo inusual la representación de cualquier característica distinta, cayendo muchas veces en intentos penosos. Ha habido logros bastante llamativos al respecto en los últimos años, sobre todo con Marvel Comics —hablando de cómics de superhéroes mainstream, claro—, pero hay varias cosas por cambiar si queremos representación justa y libre de estereotipos y prejuicios en la cultura pop, algo deseable dado el poder de ésta en el colectivo imaginario de la sociedad.

Otro enfoque más acorde a este momento de ebullición cinematográfica y televisiva de los superhéroes es el de las diferencias con el material fuente al momento de adaptar un cómic y, más aún, de la apropiación del espectador: ¿por qué creer que hay un personaje "correcto" y sus distintas adaptaciones no lo son? ¿Por qué creer que hay un personaje o una historia canónica y "oficial" y todo lo demás no tiene ningún valor? Este tipo de ideas es justo lo que genera discriminación entre la comunidad geek (whatever that means), apestando a mujeres y fanáticos jóvenes con actitudes que suelen desbordar agresividad.

En este mundo donde se pone el grito en el cielo por cosas como Idris Elba representando a un personaje mitológico tradicionalmente blanco o Michael B. Jordan representando a un personaje originalmente rubio, lo que más necesitamos es personajes como Miles Morales, Spider-Gwen o Pavitr Prabhakar: personajes en los que todos podamos identificarnos, de los que seamos libres de apropiarnos y, sobre todo, a los que podamos sentir cercanos, posibles y dignos de elogiar.

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