lunes, 20 de octubre de 2014

Batichica venti

Batgirl

Leí el nuevo 'Batgir', de Brendan Fletcher, Cameron Stewart y Babs Tarr. Está mono y todo, pero siento que está muy desesperado por ser un 'Hawkeye' o un 'Young Avengers' de Gillen y McKelvie (incluso un poco un 'Scott Pilgrim'). Se entiende que quieren darle un nuevo aire al personaje y darle más frescura y mundanidad pero, como en casi todo lo referente al universo cinematográfico, DC debería dejar de estar tan desesperado por hacer algo y más interesado y deseoso de construir algo. 

Habría que pensar también a qué público va dirigido: poniéndola en contraste con 'Ms. Marvel' y Kamala (que es un personaje con una identidad cultural muy específica pero que no impide al lector sentirse identificado con ella), Barbara Gordon parece estar dirigida a "los hípsters", grupo que no necesariamente genera empatía en todos: en su primera aventura en esta nueva etapa, Babs se muda a un barrio hípster, despierta al día siguiente después de tener una fiesta llena de hípsters en su nuevo depa (hay una escena/diagrama de la fiesta que sigue el mismo esquema que en números de ‘Young Avengers’ y ‘Seconds’, de Bryan Lee O’Malley), va a una cafetería hípster por un café para la cruda, a alguien en el café le roban un iPad y Barbara decide que es el momento de ser superheroína y resolver un first world problem, descubre que le robaron su lap, idea un plan que consiste en hacerse de un perfil en una app de ligue a la Tinder (“Hooq”), descubre que el malo es DJ y que su gran plan tiene que ver con el manejo de información privada robada de smartphones (entre ellas “fotos privadas”)… En fin, que, más allá de alguna discusión teórica sobre qué es o no hípster, queda claro que la nueva Barbara se mueve en el mundo de las redes, los gadgets, las visitas frecuentes a Starbucks o símiles y las fiestas alternativas. ¿Habrá Batgirl más allá de todos estos detalles superfluos o estamos ante una serie sobre las vicisitudes de un grupo de personas cuya mayor preocupación son las redes, las fiestas y las tendencias?

Cabría hacer énfasis en el hecho de que hay una diferencia y distancia entre el nuevo mundo de Barbara y la propia protagonista: aún con lo abrumadoramente hueco que luce su nuevo mundo, Barbara tiene un aire naive –el momento en el que crea su perfil para Hooq– y mantiene una sencillez y rectitud atípica de una persona de su edad viviendo en el contexto en el que vive, o al menos del retrato común que suele hacerse del hípster en la cultura popular. En cuanto al tema del manejo de personajes femeninos como material onanista, Batgirl acierta en lo más elemental mostrando a Barbara en ropa interior (con una playera) sin hacer una escena porno de ello: una chica en bragas, con destellos de pudor y con proporciones y poses físicas comunes, sin (necesariamente) darle una carga sexual innecesaria e inexistente en el contexto específico de la escena, aun cuando ésta incluye un tipo guapo sin playera en la misma habitación.

Sin ánimo de reprobar la cultura hípster, pues no hay nada moralmente negativo en ella (o no más de lo que lo hay en otros grupos culturales), ojalá que la serie de Batgirl y el propio personaje vayan más allá de temas que, aunque son tendencias actuales entre cierto porcentaje de adolescentes y adultos, no suelen presentar situaciones de conflicto significativo o de crecimiento para el personaje (algo que, dado el retrato de Batgirl de una adolescente, es necesario). Y bueno, si la serie seguirá la misma tónica que el nuevo personaje, esperar que adopte el tono correcto como serie de humor ligero, y que no termine en constante baile entre una “historia seria” y una historia ligera de adolescentes. 

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